Adiós con el corazón: todos los idolos nacen, se reproducen y mueren ( o desaparecen). Le paso a David el Gnomo, que se convirtió en árbol, le pasó a Manson (espera! Manson no esta muerto... bueno, ahora sale en la Loka y en la MTV a todas horas. Sí, esta muerto) y le pasó a Ramón Salaverría. Ciero, no fue una muerte física, pero sí espiritual, por eso se merece este artículo.
Ramón se merece un hueco en nuestros freakis corazones. Es el paradigma de la correción ortográfica, de la gracia, conocedor del arte de la retórica. Es un Dios encarnado en profesor de C.I.E. Es bello y apuesto, sobre todo hoy que se ha puesto esa camisa campechana de cuadros rojos, como si de un leñador se tratase. Todos le amamos.

Admitamoslo, es un ser celestial que ha tenido a bien obsequiarnos con su presencia en la tierra.
Esta mañana, recibíamos la triste noticia de su marcha. NO demostrará nunca mas su intelecto a los alumnos de primero de C.I.E, nunca más podremos escuchar su voz profunda leyendo esos textos: Nápoles, Nápoles, Nápoles. Todavía creo escuchar su voz retumbando en mis oídos, reminiscencias del pasado OOHHH TRAGEDIA!!
Es cierto que volveremos a verlo por la Facultad, si lo deseamos, en concreto en el Laboratorio Multimedia, pero aún así su marcha nos consterna. Ya no tenemos ningún aliciente para repetir C.I.E el año que viene. Eso sí, nos ha dicho, que si lo necesitamos, tenemos en él un amigo. Dios, no me digan que no es adorable...
WE'LL MISS YOU RAMONTXU!!!
Compremos su libro. Así estará siempre en nuestros corazones
:'(